En todos mis recuerdos (hasta en los que no fueron míos: una fotografía en su soltería) mi padre siempre aparece con bigote. Sólo en una ocasión llegué a verlo con barba. Recuerdo (tal vez mal) que venía de la casa de su hermano José cuando éste también vivía por la calle Núñez. Fue sorpresivo para mí verlo barbón así de golpe, jamás noté el proceso de crecimiento de sus pelos. El verlo así, en esa situación extraordinaria, hizo de él, en definitiva, un individuo igual a cualquier otro. Sabemos que de niños nuestros padres son seres intachables, poderosos, únicos, etc. Ya luego el tiempo se encarga de hacernos saber que no lo son tanto, también ellos tuvieron debilidades, errores y frustraciones. Son en realidad seres comunes, lo sabemos porque se parecen a nosotros.
La barba de mi papá
Publicado por Rodrerich
Poeta, escritor y fotógrafo. Creyente de que la cultura y la educación nos harán mejores hombres. Aquí verás pensamiento y entrevistas a grandes personalidades contemporáneas. Esperemos que te diviertas. Ver todas las entradas de Rodrerich