
Conocía a Alberto en la Universidad de Colima. Gracias a una convocatoria que lanzaron para la publicación de libros ahí en su editorial. Recuerdo que le llevé dos libritos pequeños. Me dijo que había que trabajarlos más, lograr una mayor cantidad de páginas. ¿Solución? Junté los dos para hacer uno solo.
Yo a Alberto siempre lo he visto muy cercano a las personalidades de la cultura colimense, incluso de la nacional en algunas ocasiones. Traigo el recuerdo de una reunión a la que fui invitado en casa de César Anguiano. Ahí estaba Jaime Velasco (quien dio vida a Fernando Pessoa en una obra teatral de Anguiano), una chica desconocida para mí, Jorge, compañero de César y el buen Alberto.
En la charla me entero de la admiración y la gran oportunidad que tuvo de conocer a Eraclio Zepeda cuando vino a Colima en una ocasión. Alberto estaba contentísimo de estar en cercanía del escritor chiapaneco. Con ello quiero decir que Alberto ha tenido la brillante oportunidad de estar cerca de muchos otros escritores y artistas de todo género. Su amistad y su «don de gentes» está a flor de piel.
Una de las cosas que destacan en su escritura es la facilidad que tiene de encontrar la palabra precisa para hacer su discurso, su texto. Esa facilidad de la que hablamos es sólo producto de la seriedad con la que se toma su papel como escritor, y eso también lo notamos cuando escribe para hacernos reír. Tiene esa don, ser serio para la risa no cualquier lo logra.
Alberto sabe del tiempo actual en que Colima vive. Hablo de los aspectos culturales donde Colima está viviendo una efervescencia en la que, indudablemente, Alberto está trabajando desde fuera (los resultados finales de la escritura de poetas y escritores, con sus lecturas y grabaciones en Youtube), y desde dentro (con la edición que realiza desde la Universidad de Colima).
Interesante entrevista donde pasamos revista a algunos escritores locales que están destacando en la actualidad.
Agradecido por esta entrevista, maravillosa, donde hablamos de nuestra pasión… Y, maestro, yo tengo el dato que nos conocimos en casa de la cultura de Villa de Álvarez, cuando yo iba a dar un taller… Me contrataron para ello… Pero tengo la idea y en la memoria de que usted era el maestro de ese taller… Jajajaja… Ya me dirá si estoy en lo cierto o no… y eso fue ya hace algunos años…
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Gracias, mi buen amigo.
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