Soy

A la memoria de mi madre

Soy yo
y mis visiones
geométricas.
Mido las distancias
radiales de mi vista,
siempre me
convierto
en esta esfera
angulosa
que percibo.
Compito con
la luz,
y siempre
triunfo contra
su doble,
la sombra.
Me torno
en el eco
del silencio,
lo sé porque
me escucho
perfecto
en este frontón
de los
sonidos.
Soy la cápsula
y mi centro,
viajo clavado
en esta porción
de tierra
donde sé
que ahora
ocupo el
espacio de las
estrellas.

Esto sucede
siempre
que me decido
a ser
una parte de
la noche
que me cubre
sin esperanza.

Lenguajes y pose

Hoy tuve un día difícil y cansado. Por lo menos tengo tiempo para extraer una reflexión. Si bien no lo será sobre lo vivido, sí sobre lo escrito. La primera frase de este texto tiene algo de íntimo y de pertenecer a ese grupo de escritos que van conformando el «diario personal». Y aquí inician las intenciones de esta reflexión. Creo que algunas veces quise emular esta forma de escritura (que no el diario en sí) pero no lo logré nunca. Y es que esos tonos para mí deben surgir naturales, como en el habla de diario, de la calle. Pero no, casi siempre hay como un remedo, como una grandilocuencia producto del «yo soy un escritor escribiendo» que nos hace adoptar palabras y tonos artificiosos como buscando la inmortalidad (sí, así de exagerados somos).

Así que termino por no seguir ese camino, abandonar aquello que sé que de antemano será un fracaso. Y pienso, irremediablemente, en aquellos amigos que son tan artificiosos hasta cuando escriben una sola palabra. Pareciera que les resulta muy difícil ser naturales, ser sencillos, dejarse de cosas y abandonar a aquel inmortal que quieren ser.

Por otro lado están (o debería decir: «está», recordando a una persona muy específica) aquellos que realmente logran despojarse de la toga y salen desnudos a escribir aquello que son cuando no son escritores, verdaderos seres humanos sin máscaras ni aspiraciones de chingonería.

Religioso (a mi modo)

El creyente reza, dice oraciones, versos aprendidos que repite y con ello se siente conectado a su Dios.

Yo soy un ser original, que emite sus propias palabras y canciones. No puedo sentirme conectado a nadie en tanto emisor. Mi forma de sentirme conectado a alguien más grande que yo es hacer mis propias creaciones carentes de carácter sobre lo divino. Y así voy sintiéndome satisfecho en mi espíritu, cada palabra escrita tiene el sabor de la redención