Alfonso Reyes decía de los escritos de Goethe que no tenía ni una sola línea de desperdicio a lo largo de toda su obra (la literaria y la científica). A veces, cuando nos atrevemos a leer otras obras que no son las grandiosas de nuestros autores favoritos (Borges, para mi caso) encontramos con tristeza líneas o textos completos que bien serán olvidados.
Entonces nos atrevemos a seguir escribiendo ya quitados de la pena, sabiendo que la mayoría de lo que hagamos será prescindible y rápidamente olvidado.